mayo 2015

Artículo de Opinión de Mila Sirvent, vecina de Cocentaina

Algo huele mal en el ayuntamiento de Cocentaina. Es muchísimo el dinero gastado en ese campo de futbol al que tan poco uso estamos dando. Mucha la resistencia del alcalde y su equipo para que no se sepa lo que ha pasado. Nos gusta que nuestros hijos jueguen al fútbol y a otros deportes que están más abandonados, pero también queremos que se invierta bien nuestro dinero y que nuestros gobernantes se hagan responsables de sus errores y triquiñuelas.

También nos gustaría que se aclarara lo de la indemnización perdida del Ministerio por los caminos estropeados. Ahora, encima, el P.S.O.E. nos propone que paguemos la pasarela que no se hizo en su momento, cuando cortaron la Vía Verde y ellos no rechistaron ni exigieron las reparaciones pertinentes. ¡Cuanta incompetencia! Se habla de cientos de miles, de millones de euros como si fuera calderilla, como si no tuvieran dueño. Pues no es cierto, salen de nuestros impuestos. Me duele en el alma ver a gente necesitada a mi alrededor y que se pierda tanto dinero inútilmente.

Y lo mismo en el Palau, donde han rascado a lo bestia el escudo heráldico, la puerta de madera y los sillares por querer ir a las elecciones con otra obra acabada.  Otra foto para poner en sus enormes y supongo que carísimos carteles en el Passeig. ¿De dónde sale tanto dinero? Quien sabe si nos caerá una multa de Patrimonio por culpa de estos chapuceros. Pero aquí nadie dimite. Ni el alcalde, que señala heredera y se vuelve a presentar en la lista, para controlarla de cerca. ¿Qué tipo de monarquía es esta que tenemos en Cocentaina? Tampoco dimiten la mayoría de los concejales que han cometido estos desmanes y que nos arrastran a esta decadencia. Ahí están todos en la lista.

Izquierda Unida se cambia de nombre pero los que controlan la paradeta son los de siempre. ¿Se ponen Guanyar por los suculentos sueldos que ha ganado su concejal durante años por votárselo todo al P.S.O.E. sin rechistar? ¿O por los que esperan ganar a partir de ahora? «A Guanyar diners, on estan, on estan, a Guanyar diners». El P.P., I.U. y el P.S.O.E. aprobaron juntos los presupuestos de 2015, lo cual viene a demostrar que no hay diferencia ninguna entre los tres partidos de la casta. A los cuales hay que añadir ahora la lista oportunista y muy «familiar» de Ciudadanos, esperando recoger algo de lo que pierda el P.P.

Sólo se salvan el Col.lectiu y Compromís, que han hecho oposición como nadie, trabajando para que salga a la luz todo lo que se intenta tapar, porque es la única manera de mejorar las cosas. No basta con poner un ambientador en el ayuntamiento. No vale con cambiar de sitio al alcalde y poner una chica resultona, acompañada de los mismos chapuceros con distintos collares. Hay que pasar el mocho, y con mucha lejía para dejar la casa del pueblo bien limpia y desinfectada. Un buen cambio y una buena auditoria es lo que nos hace falta. Y si alguien tiene que ir a la cárcel, que vaya, que ya estamos hartos de chanchullos y de impunidad.

Artículo de opinión de Bartolomé Sanz Albiñana, Doctor en Filología Inglesa.

De repente la primavera. Y sin solución de continuidad, a toque de corneta, el verano. El cambio de estaciones a traición se impone como  salida a los problemas ubicuos, aquí y en todas partes. No dejo de maravillarme cada día por la sabiduría que encierra la naturaleza de la que tanto  aprendemos. En esta sección titulada de re alcoiana aparto la mirada de las estrellas y miro la tierra, y la poesía se torna prosa o román paladino, como ustedes prefieran. Es la mirada del ciudadano que paga impuestos cada vez más altos (agua, IBI, basura, etc.),  y a cambio recibe menos prestaciones, o si prefieren, es la voz aún no secuestrada del que no pierde la esperanza o tira la toalla (¡qué más quisieran algunos!)

Hace unos meses, tras visitar la casa de Isaac Newton en un pueblecito de Lincolnshire, me acerqué a observar de cerca el manzano sucesor que dio origen a la ley de la gravedad. Abstraído caí en la cuenta de que se trata de la ley más importante que el ser humano ha  formulado. Efectivamente, las cosas caen por su peso. Y si no caen es porque no están suficiente maduras. Es una ley que todo político guarda sagazmente en su mochila y que aplica sin prisas a su gestión: el tiempo lo madura y lo cura todo. Ahora pasémoslo a  prosa  o  román paladino: lo que no se hace en una legislatura, se hace en la siguiente, y si un gobierno no hace una cosa,  otro la hará. Esa es la máxima que rige toda política y que es aplicable también a la paciencia de los ciudadanos.

Solo unos ejemplos para no cansarles: parques infantiles sin ningún mantenimiento, la calle Calderón sin abrir, pasos de zebra con grietas que parecen del terremoto de Nepal (calle General Prieto), hierbajos de medio metro (desde cuartel de la Guardia Civil hacia la plaza de Al-Azraq, y también al salir de la Renfe / Cruz Roja a la derecha adornando a modo de maceteros los paneles de propaganda electoral africanos), palmeras secas e impresentables  que no se adecentaron para las fiestas locales en la plaza mencionada  junto con la suciedad y el polvo desértico que a veces te coge a traición dejándote literalmente ciego. ¡Qué paciencia la de los vecinos de ese ágora-parking, Dios mío! Una eternidad para darle solución a esa plaza. Y prepárense para la nieve de mayo, es decir,  esa pelusilla  chopera que nos persigue literalmente por doquier las veinticuatro horas del día (de esto no tiene la culpa nadie; lo mismo que de las hojas otoñales: cosas de la naturaleza que hay que saber aguantar y perdonar).

¿Y qué se fizo el parking de la Rosaleda? Los nuevos juzgados, ¿qué se fizieron? ¿qué fue de tanto ahorro y saneamiento de las arcas? Los puentes, campos de golf y bulevares  ¿fueron sino devaneos? ¿Qué se fizo el cauce del río otrora iluminado y aseado? Y no les canso con más coplas manriqueñas que ya he repetido en otras ocasiones. En verano habrán desparecido las hierbas, en otoño caerán las hojas, y las primeras lluvias de invierno lo barrerán todo. Todo quedará limpio y pulcro. “Si juzgamos sabiamente, daremos lo non venido por pasado”.

A los políticos no les gusta que nadie critique su gestión. ¡Ah, la gestión!, esa cosa que finalmente el gobierno central se ha dado cuenta, después toda la legislatura, de que no ha sabido explicar. Hacen oídos sordos a las quejas verbales y por escrito de los ciudadanos. Y ya no les digo si el mensaje les llega a través del Síndic de Greuges: eso sí que les molesta, porque además tienen que hacer papeles adicionales. De todas formas, no los hacen ellos: castigan a los funcionarios. El político es un interino. A veces los funcionarios lo descubren y se aprovechan de la situación.

Por último, un memorándum cariñoso a quien resulte vencedor en las próximas elecciones municipales (¡nada de pactos contra natura, por favor!): Alcoi es una ciudad sucia, dejada de la mano de Dios, que necesita, no de trabajos manuales eventuales de adecentamiento sino una actuación programada, meditada y seria.  Es una asignatura pendiente. No tomen el pelo a los ciudadanos. Si los dineros no llegan de donde tienen que llegar, plántense o presenten la dimisión y vuelvan a sus trabajos. Den la oportunidad a otros.

Ahora me viene a la memoria el Marco Antonio de Julio César: “Ciudadanos permanezcan atentos  a los movimientos de las brigadas de obras y de mantenimiento,  que, si siempre están ocupadas, en estos momentos y hasta el día de las elecciones los verán trabajar horas extras”. Producir buena impresión a última siempre es una buena política.