El retorno al Monasterio despidió unas participativas fiestas de la Mareta

Cocentaina puso el colofón a las fiestas de la Mare de Déu del Miracle en la noche del pasado viernes 21 de abril con el retorno procesional de la patrona desde la parroquia de Santa María hasta el Monasterio de las Clarisas, lugar en el que se venera a la Mareta durante todo el año. Tras un intenso y emotivo 19 de abril, los festejos continuaron al día siguiente con la Misa de la Hermandad Sacerdotal que volvió a presidir el Obispo Emérito de Alcalá de Henares y natural de la Villa Condal; Don Juan Antonio Reig Pla. Ya por la tarde se ofició la Misa para Enfermos e Impedidos, en la que se dio a besar el icono de la Virgen del Milagro a los asistentes, al mismo tiempo que se administró, como novedad; la Unción de Enfermos a quienes previamente lo habían solicitado. Los oficios religiosos de la segunda jornada del triduo junto a la elección de la Suplicante, Mayordomos y Camareras de 2024, cerró el penúltimo día de unas fiestas que culminarían al día siguiente con un amplio programa de actos.

Precisamente la actividad del 21 de abril se inició pasadas las nueve de la mañana con la ofrenda infantil a la Mare de Déu del Miracle en la que también se aportaron alimentos no perecederos e incluso productos básicos de primera necesidad que fueron entregados después a Cáritas. Asimismo la parroquia de Santa María acogió la elección de los pequeños representarán el año que viene a las figuras del Conde, la  Condesa y el Mossén; mientras que a mediodía fueron presentados a la Virgen del Milagro los recién nacidos tras una dansà que protagonizaron los más pequeños en la plaza de la iglesia. De cara a la tarde se oficiaron los cultos del último día de un triduo que estuvo predicado este año por Francisco de Paula Ferrer Tapia, párroco de Santa Catalina de Vilamarxant, y nada más finalizar comenzó la procesión del retorno procesional de la Mare de Déu del Miracle a su iglesia. Numerosos fieles acompañaron a la Mareta hasta el Monasterio siendo recibida en El Pla con el disparo de un vistoso castillo de fuegos artificiales al son de la melodía del ‘Flevit Amare’ que los vecinos de la Villa Condal entonan siempre para despedir a la Mare de Déu.

La entrada de la Virgen del Milagro en el templo, mientras tañían las campanas, marcó los compases finales de unas fiestas patronalesque han sido muy participativas, en la que todo ha salido como estaba previsto y en la que la gente ha vuelto a emocionarse al paso de la Mare de Déu por nuestras calles. Estamos muy satisfechos por la respuesta que ha dado el pueblo de Cocentaina a su patrona”, valoraban los presidentes de la Pía Unión; Dolo Franco y Jose Torró, antes de que la Mareta fuera devuelta a su camarín. La tradición de besar el icono de la Mare de Déu del Miracle, recuperada después de la pandemia, culminó casi de madrugada cuatro intensas jornadas en las que los contestanos y las contestanas se volcaron en rendir todos los honores a la que es su patrona desde el 19 de abril de 1520.

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