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El mundo despide al Papa Francisco
Imagen: COPE
La Plaza de San Pedro, tantas veces testigo de grandes momentos del Pontificado de Francisco, ha acogido este sábado a unos 250.000 fieles llegados de todos los rincones del mundo para despedir a Jorge Mario Bergoglio, cuyos restos reposan desde este mediodía en la Basílica de Santa María la Mayor.
El funeral empezó un poco después de las diez de la mañana, cuando los sediarios de la Santa Sede trasladaban a hombros el féretro con los restos mortales del Papa Francisco a la Plaza de San Pedro en un ambiente de silencio sobrecogedor, en el que los cardenales hacían pasillo en el interior del templo.
Tras atravesar la puerta central de la Basílica, el féretro fue trasladado frente al altar, sobre una alfombra y junto a un cirio encendido, momento en el que se escucharon los aplausos de los cerca 250.00 fieles congregados en la plaza.
Después se colocó encima el libro del Evangelio abierto y la plaza de San Pedro se sumió en un absoluto silencio y los cardenales concelebrantes ocuparon su puesto en el lado izquierdo del sagrado. Con anterioridad habían entrado el resto de cardenales y 750 entre obispos y sacerdotes.
Pero también estuvieron presentes grupos de desfavorecidos, de los que se ocupó Francisco durante sus 12 años de pontificado, así como migrantes que fueron rescatados por las ONG en el Mediterráneo y algunos refugiados que el pontífice se llevó en el avión papal desde la isla griega de Lesbos en abril de 2016.
Un Papa que abrazó al mundo hasta el último suspiro
El Papa Francisco fue recordado este sábado en la homilía de su funeral celebrado en la plaza de San Pedro por “no cesar de alzar su voz implorando la paz” y por dedicarse a “los últimos de la Tierra” como los pobres y los migrantes.
“Frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones“, el Papa Francisco no ha cesado de alzar su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar posibles soluciones”, dijo el cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio que presidía la celebración eucarística.
En su alocución, el cardenal hizo referencia a algunas de las frases más icónicas de Jorge Mario Bergoglio, como que “la guerra es solo muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor que antes, para todos es siempre una derrota dolorosa y trágica“. En su homilía también ha destacado que Francisco fue un pontífice “entre la gente“, “con el corazón abierto a todos” y que se dedicó “a los últimos de la Tierra y marginados“.
“Estableció contacto directo con la gente, deseoso de estar ahí para todos, con una marcada atención a quienes tenían dificultades, dedicándose a pensar en todo, hasta en los últimos habitantes de la Tierra y en los marginados. Fue un Papa entre el pueblo, con un corazón abierto a todos“, ha agregado.
El decano del Colegio Cardenalicio también hizo referencia a una de las más famosas frases de su pontificado: “Construir puentes y no muros”.
En el comienzo de su homilía Battista Re destacó que “su última imagen, que quedará en nuestros ojos y en nuestros corazones”, es la del pasado Domingo de Resurrección cuando “a pesar de graves problemas de salud, quiso impartirnos su bendición desde el balcón de la basílica de San Pedro y después bajó a esta plaza para saludar desde el papamóvil“.
“A pesar de su fragilidad y sufrimiento final, el papa Francisco eligió seguir este camino de donación hasta el último día de su vida terrena“, ha subrayado.
Tras el funeral, el féretro del Papa Francisco fue trasladado nuevamente a la Basílica de San Pedro para minutos después ser colocado en el ‘papamóvil’. Seguidamente, arrancó su traslado por las calles de Roma hasta la basílica de Santa María la Mayor donde Jorge Bergoglio fue enterrado, cumpliendo lo que el Papa dejó escrito en su testamento.