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Benilloba despidió ayer los días centrales de sus Fiestas de Moros y Cristianos y lo hizo con el día reservado a las Embajadas así como a la lucha entre las tropas de la cruz y de la media luna. Por la mañana, ante numeroso público, tuvo lugar la Embajada Mora en la que las fuerzas árabes pidieron que se les entregase el Castillo y las tierras del municipio. El diálogo fracasó y ante la falta de cuerdo se inició la lucha armada que finalizó con la victoria mora.

Por la tarde, y con los papeles intercambiados, se realizó la Embajada cristiana siendo en esta ocasión los de Jaume I los que consiguieron imponerse para cumplir con la historia y la tradición. Por último sonó el Himno de Fiestas y la jornada finalizó con la puesta en escena de un Sainete Valenciano.

Las Fiestas de Moros y Cristianos de Benilloba terminarán este sábado con el día dedicado a los más pequeños. Entre las 11 y las 14 horas habrá una Fiesta del Agua en la piscina municipal mientras que a las ocho de la tarde se efectuará una verbena infantil en el Teatret de les Moreres. Seguidamente, a las 21:00h, se ejecutará una cena en el patio de las antiguas escuelas mientras que a medianoche se realizará el ‘Correfocs’ desde la Plaza de la Iglesia.

Cocentaina sigue celebrando sus Fiestas de Moros y Cristianos en honor a su patrón, San Hipólito Mártir, y en el día de la Entrada ha tenido lugar uno de los actos más singulares de estos festejos. Se trata de ‘L’Ambaixada del Contrabando’, un enfrentamiento dialéctico que han protagonizado las filaes Maseros y Contrabandistas durante el mediodía de este sábado.

La citada Embajada recuerda el momento en el que los feroces andaluces llegan hasta Cocentaina para hacer frente a las tropas moras que no tardarán demasiado en hacer su entrada a la Villa Condal. Los Maseros, propietarios de las fértiles tierras contestanas, han mostrado cierto recelo al principio a recibir la ayuda de los Contrabandistas después de que estos hayan explicado los motivos que les han llevado desde Sierra Morena a la Mariola «LLoma Grossa, Escorrupènia, Racó Llobet, Bassa dels Peixos, Font de l´Edra, Esquererola, Huit Piletes y altos cerros hemos recorrido en balde, pues los moros se escondieron ¡Con que, si de algo aprovecha, nuestro trabuco ofrecemos!», dijo el Embajador. Finalmente, tras un intenso cruce dialéctico en el que no han faltado referencias humorísticas a la actualidad, los Maseros han aceptado dar cobijo a los Contrabandistas para luchar contra los moros.

La Embajada del Contrabando ha recorrido el casco antiguo de Cocentaina y ha hecho las habituales paradas en la plaza de la iglesia de Santa María, la calle Conde de Cocentaina y la plaza del Pla. Allí, con el castillo de fiestas y el Palau como testigos, se ha sellado el acuerdo y se ha puesto fin a este acto que han protagonizado José Luís Pascual y Enric Alberto por parte de los Maseros y José Vicente Sancho de los Contrabandistas.