Queridos Reyes Magos

Artículo de Opinión de Enrique Peidró, miembro de Ciudadanos

Sí. Ya sé que los Reyes pasaron hace unos días, dejando las casas llenas de regalos para todos, niños y adultos. Y que a estas alturas estarán descansando en aquellas lejanas tierras de Oriente en las que habitan durante todo el año, preparando su siguiente viaje, el 5 de enero del año próximo. Sin embargo, hay algo que no se han llevado consigo, como es la magia de hacernos creer en sueños imposibles, la ilusión por conseguir metas que parecen inalcanzables y la esperanza en que ciertas quimeras se hagan realidad. Por eso, a pesar de que esté ya entrado el mes de enero, escribo aquí mi carta a los Reyes Magos (aunque no tengan que ser necesariamente Melchor, Gaspar y Baltasar) en la que plasmo mis deseos para esta ciudad.

En primer lugar, me gustaría ver hechos realidad muchos de los proyectos de los que se viene hablando desde hace años y que, por unas razones u otras, se han ido posponiendo. Hablo, por ejemplo, de la apertura del CEEM, un edificio que amenaza con declararse en ruinas antes incluso de llegar a ser inaugurado. Promesas de por medio, palabras tranquilizadoras por parte de los responsables, anuncios de fechas y más fechas para su puesta en funcionamiento… y ahí sigue. Cerrado. Y sin una perspectiva clara de que la situación vaya a cambiar en breve. ¿Serán sus majestades tan poderosas como para lograr algo que hace años viene demorándose injustificablemente?

También me refiero, como no, a la celebérrima “Manzana de Rodes”, proyecto necesario, ambicioso, ilusionante, polémico… pero también inconcreto e indefinido. ¡Cuántas discusiones ha habido simplemente para determinar qué hacer con ese edificio! ¿Será 2020 el año en el que esta iniciativa se convierta en realidad? ¿O nos encontraremos con alguna nueva sorpresa que obligue a retrasarlo más?

Podría pedir también por la mejora de las comunicaciones de nuestra ciudad con el exterior, una de las carencias más grandes que tenemos. Proyectos como la rotonda norte, el “bulevar” (o como quiera que se vaya a llamar), por no soñar con fantasías tan maravillosas como una vía férrea propia del siglo XXI.

¡Y qué decir de los futuros museos que van a convertir a nuestro querido Alcoy en un centro de destino de turistas y visitantes, que acudirán en masa a visitar la amplia oferta cultural que vamos a ofertar! ¿Sabéis de qué hablo, verdad? Uno de ellos es el anunciadísimo museo de Camilo Sesto, con el gran legado que ha dejado a nuestra ciudad. Pero no es el único. Recordad que el cauce del río Molinar está destinado a ser un gran Centro de Interpretación de la Industria. Un lugar de peregrinación masiva de turistas que quieren conocer la historia de nuestra ciudad, un monumento a lo que fuimos y ya no somos, un referente para visitantes en la zona del interior de la provincia de Alicante. (Todo esto, que dicho por mí, suena sarcástico, no es invención mía. Haced una rápida consulta a la “maldita” hemeroteca y veréis como las declaraciones de los responsables no andan lejos de lo que yo he escrito).

Y puestos a pedir imposibles, me gustaría también añadir a mi lista de deseos que el gobierno local de Alcoy apueste decididamente por la industria, por la creación de empleo. Está muy bien esto de recordar el pasado con nostalgia, no olvidar de dónde venimos y quiénes fuimos. Pero, parafraseando al gran Woody Allen, tampoco estaría mal interesarnos por nuestro futuro porque, a fin de cuentas, es el lugar donde vamos a pasar el resto de nuestras vidas. En ese sentido, no estaría nada mal que se establezca nuevo suelo industrial en nuestra ciudad, alguno de esos polígonos con los que tanto se ha especulado pero que, cuando no son los unos son los otros, siempre se encuentran con trabas y dificultades para su construcción. Sin olvidarnos del polígono mancomunado que tantas noticias ha generado, pero que no ha dejado de ser una maravillosa fantasía hasta hoy.

Ya por último, sería maravilloso que volvamos a ganar habitantes. Pero a ver si este año lo hacemos con un mayor incremento que el anterior, en el que por primera vez en mucho tiempo, no solamente no perdimos población, sino que incluso se llegó a aumentar… aunque fuera únicamente por 17 personas.

¡Ah! Y, por supuesto… la voluntad. Voluntad de los responsables políticos para pelear por todas estas cuestiones independientemente de colores. Voluntad de los gobernantes locales para impulsar proyectos como el CEFIRE, que se abrió pero no termina de arrancar. Voluntad de quien tenga la potestad de facilitar un espacio permanente en el CADA para la promoción de los artistas locales…

No sé. ¿Estaré pidiendo demasiado?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *