No me digáis ingenua, por desgracia soy realista

Artículo de Opinión de Amalia Payà, edil del PP en Alcoy

Nos encontramos con un gobierno municipal agotado ya en su tercera legislatura, en la que prepotencia y soberbia son tónica habitual.

Analizando el comportamiento y la manera de actuar de los componentes del Gobierno municipal, no cabe duda de que el objetivo de los socialistas alcoyanos es neutralizar cualquier foco de crítica.

En lo que respecta a las asociaciones de vecinos, la comunicación y la falta de información es la práctica común. Mucho alardear de la participación, pero a la hora de la verdad, nada.

En lo que respecta a la oposición, esta semana nos ha sorprendido las criticas del socialista Jordi Silvestre. Mal asunto que, tras cinco meses de gestión, un concejal del Gobierno solo pueda destacar lo que según él, hace la oposición.

El señor Silvestre omite en su artículo que a la oposición se le responde a medias, con silencio o falsedades, además de dar acceso a los expedientes sin derecho a copia. Libreta y boli bajo el brazo y a intentar obtener la máxima información. Una parte muy importante que el concejal omite con intención de desprestigiar a la oposición y obviando, cómo no, la auto-crítica que les corresponde.

Señor Silvestre, lo de hacer denuncias “sin ningún pudor y sin hacer un trabajo de documentación e investigación previo” debería aplicarlo a la “labor” que hace nuestro alcalde en la Diputación y si no, mire sus últimas declaraciones sobre las ayudas a los municipios en materia de turismo.

Claro que desde la oposición hacemos propuestas. Sin parar. Pero la mayoría, aún aceptadas por el Gobierno, se quedan en nada. Tengo que recordar al señor Silvestre que el alcalde Antonio Francés firmó de su puño y letra un acuerdo de presupuestos con el Partido Popular, un acuerdo que ha incumplido en perjuicio de Alcoy y los alcoyanos.

Poco me equivoco si afirmo, que donde estaba la reivindicación del presidente de la plataforma de “Salvem l’Aquifer del Molinar”, ahora solo queda servilismo, conformismo y partidismo, sin importar el objetivo de la política más cercana desde un Ayuntamiento, el servicio directo al vecino.

Por desgracia no creo que esta actitud de acoso y derribo a la oposición, corresponda al inicio de legislatura. Esta actitud corresponde a un gobierno prepotente que cree estar por encima del bien y del mal.

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