La clave está en el territorio

Fuera de China y concretamente fuera de Wuhan, el contagio y la expansión del Covid19 está vinculado a los viajes. Como llegó aquella peste negra a la Barcelona de 1348 y tantas otras epidemias que se han acontecido a lo largo de nuestra historia. El Covid19 llegó a España para quedarse y eso es algo que nos recuerdan todos los días los medios de comunicación. Sin embargo, en el siglo XXI existen suficientes conocimientos y avances como para que nuestra sociedad pueda superar al virus y que las consecuencias sociales y económicas no sean tan negativas como en la Edad Media.

Junto a los avances médicos existen otros de carácter técnico que pueden permitir la definición de estrategias a medio plazo para que la sociedad española pueda recuperar su dinamismo y no quede tan comprometido su futuro. Otros países europeos como Alemania o Austria han empezado antes que nosotros en dicho proceso. Pero nuestra sociedad también debe aprender a convivir con el coronavirus y para ello, todos debemos cambiar la puesta en escena y pasar del miedo a la responsabilidad.

Para ello, el criterio geográfico es fundamental. Para poder hacer una correcta gestión de la crisis es necesario conocer con una gran precisión dónde se encuentran las personas contagiadas. Una vez controladas a dichas personas, no tendría sentido que  una Comunidad Autónoma de casi 5 millones de habitantes permanezca en completo letargo social y económico. Porque no están viviendo la misma realidad la Provincia de Alicante y la Provincia de Valencia. Ni tampoco está siendo igual la situación en Benilloba o en Alcoi.

Muchas son las voces que reclaman tests masivos para toda la población. Otras reclaman información precisa sobre los protocolos a seguir por la población para evitar los riesgos de contagio. Yo además me uno a esas voces que reclaman mapeos adecuados por barrios y una gestión de la crisis desde abajo. Desde la escala más cercana al ciudadano. Como ya se hizo en tantas ciudades con otros virus a lo largo de la historia. Probablemente la decisión autocrática de un confinamiento general para todo el país pudo ser la mejor solución a una masiva propagación del virus dentro de nuestras fronteras. Sin embargo, actualmente existe la tecnología necesaria para poder gestionar la crisis desde lo local. En este sentido, y siempre sin vulnerar los derechos de la ciudadanía, la geolocalización puede contribuir a que ciertos territorios puedan iniciar su senda de “nueva normalidad”. Como contribuyó en lugares como China, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur que no tuvieron que recurrir a tanto aislamiento social.

No se trata de un gesto insolidario. Ni tampoco de excluir a ciertos vecinos respecto de otros. Se trata de hacer una cuarentena real. Basada en datos reales de contagio y de riesgo. Debidamente geolocalizados. Se trata de proponer medidas que contribuyan a aliviar la presión económica tanto para el gasto público como para las empresas, los trabajadores y sus familias. Al igual que se tomaron decisiones estrictas para aliviar la presión hacia el sistema sanitario y el riesgo hacia nuestros mayores.

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