El bando de la media luna se abre camino por las calles de Muro
La tarde del domingo, marcada también por el fuerte calor, estuvo reservada para dar la bienvenida a las fuerzas de la media luna en su triunfal Entrada a Muro.
En esta ocasión el desfile lo inició la Filà Llana por ostentar la Capitanía y la formación desplegó por las calles del municipio un participativo boato que tuvo como hilo argumental la leyenda de Al-Rub Emnasur, un guerrero árabe que luchó contra los cristianos a los pies de la Serra de Mariola y que fue mentor del enigmático Al-Azraq. En el séquito destacó la presencia de varias escuadras especiales, los emires del Capitán sobre caballos, portadores de estandartes y coreografías que recrearon la batalla ante los templarios así como la victoria de los antiguos pobladores árabes de Muro . El máximo representante de las fuerzas mahometanas, Rubén Sellés, apareció montado sobre una carroza que recreaba la Penya ‘El Frare’, a los acordes de la Unión Musical Contestana, y luciendo una elegante vestimenta con escasos metales dorados pero en la que estaban muy presentes los colores verdes y amarillos. En la parte delantera, como no podía ser de otra forma, sobresalía la gran palmera bordada en hilo negro sobre fondo rojo con la que se identifica plenamente a la Filà Llana.
Después del paso del Capitán Moro fue el turno del resto de formaciones del bando de la media luna y en primer lugar desfilaron los Moros del Rif seguidos por las Filaes Tariks, Realistes y Verdes. Al igual que el día anterior todas ellas aportaron al desfile las Escuadras Oficiales, sin olvidar las carrozas con los más pequeños, así como varias Escuadras con trajes especiales que recibieron la aprobación del público en forma de grandes aplausos.
El broche de oro a la Entrada Mora lo puso la Filà Marrocs con un acompañamiento en el que no faltaron las danzas orientales, las Escuadras y los elementos de pirotecnia acompañando a los caballeros que iban montados en una plataforma que reproducía a la Estrella de David. Sonia Navarro, la Abanderada del 2019, desfiló junto a su hermano y sus damas en una carroza de toque oriental mientras delante hacían sus evoluciones unas bailarinas vestidas de blanco que llevaban en su espalda el símbolo de la media luna árabe. La protagonista, visiblemente emocionada, portó un traje de tonos grises y plateados, y saludó sin parar a los presentes que disfrutaron de una Entrada Mora llena de exotismo y colorido.