Confinamiento

Artículo de Rafael J. Valls Buitrago, Licenciado en Ciencias del Trabajo

Pronto hará una semana del confinamiento en los domicilios de cada uno y de salir con miedo a la calle para la compra y a mirar al vecino con recelo manteniendo una distancia de cuanto mas lejos mejor.

Usamos guantes, mascarillas, abrimos con los pies las puertas y con los codos para evitar tocar superficies quizás contagiadas. Aplaudimos a los profesionales de la sanidad a diario y paseamos por casa por el pasillo el que lo tenga y el que no dando saltos en su habitación o donde pueda. Incluso mantenemos dentro de nuestras casas normas de comportamiento dictadas por el gobierno y han desaparecido los besos, los arrumacos, los abrazos, las palmadas y algunas cosas mas que no vienen al caso. Estamos pendientes de todo aquello que el Gobierno manifiesta de forma oficial mediante sus comparecencias que por cierto deberían de ser a diario y a una hora concreta para que así como a una hora determinada se aplaude pues también a una hora determinada sería deseable que algún miembro del gobierno y sobre todo su Presidente nos diera noticias de primera mano ya sean buenas o malas y de esta forma nos evitaríamos la información sobredimensionada de los wasap y redes sociales que hacen mas mal que bien. Es la información oficial la que vale y no lo que me han dicho o he han enviado o me he enterado. Son buenos y necesarios los medios de comunicación y los wasaps y las redes sociales pero en momentos como un estado de alarma lo que vale son los comunicados oficiales del gobierno y lo demás son  pamplinas. Pero ni siquiera eso tenemos. No olviden señores del gobierno que no todos tienen palacios de Moncloa para pasear por sus jardines ni casoplones en la zona mas cotizada de Madrid. Hay muchísimos trabajadores y ciudadanos que están confinados en 50 metros cuadrados con familia numerosa y acatan sus normas sin rechistar. Son celdas hacinadas de familia que estoicamente sufren lo que se las ha ordenado pero no olviden que este enorme sacrificio muy malo para la salud mental requiere de un enorme premio por parte del gobierno y es ni mas ni menos que no fallen en sus decisiones económicas y que el mal causado sea el menor posible. Las vidas humanas se pueden perder por el coronavirus que ya es bastante desgracia pero la resaca una vez pasado todo también puede ser muy penosa si ustedes gobernantes, no ponen el remedio adecuado. Tengan sumo cuidado con ello pues no recibir un premio después de enormes exigencias les puede reportar una convulsión que ni siquiera ustedes mismos se pueden imaginar. Conozco bien la psicología del trabajo y de las organizaciones y por eso les traigo a cautela. El salario es sagrado y si falta todo se va al garete. Y tampoco olviden que el salario lo cobran los obreros,  los autónomos y las pymes. No olviden a ninguno de estos colectivos pues todos reaccionan igual cuando no hay sustento. Así que tengan buen tino. Hasta la próxima.

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