Bufar en caldo gelat

Artículo de Quico Cantó, edil del PP en el Ayuntamiento de Alcoy 

Si el castellano nos deja la memorable frase “dime de que presumes y te diré de lo que careces”, el valenciano lo supera con la genuina e ilustrativa expresión bufar en caldo gelat. Esta frase define a quien hace ostentación de una situación de bienestar que realmente no se posee. De ella se valió Eduardo Escalante para titular uno de sus célebres sainetes. Y de ella nos podemos valer ahora para explicar la forma de actuar del gobierno socialista de Alcoy: hacer creer que las cosas son de una manera cuando en realidad son de otra forma bien diferente.

Existe un clamoroso y vergonzante ejemplo para ilustrar esta tendencia a maquillar la verdad: Entenza. Presentarla como una calle inteligente es una burla, precisamente, a la inteligencia de los alcoyanos. No extraña que muchos vecinos lo tomen como una broma tan pesada como los dos millones que costó la obra.

Por desgracia hay muchas más muestras de la diferencia que hay entre la ficción socialista y la realidad de Alcoy. Una es el anuncio que cada año hacen, a bombo y platillo, de los presupuestos participativos que contrasta con el silencio posterior a la hora de llevarlos a cabo. Hasta 800.000 euros quedan pendientes de ejecución desde 2015. Otra muestra la encontramos cuando el equipo de gobierno se apresura a montar una rueda de prensa anunciando la llegada de subvenciones pero se olvida después de explicar por qué se ha visto obligado a devolver 200.000 euros destinados a ayudas sociales.

Llevar una década en el poder, hacer bien poco, y tratar de justificar su inacción en las más remotas excusas (desde la complejidad de los proyectos hasta las herencias del PP) acaba pasando factura. El discurso oficial le ha saltado por los aires al alcalde y la realidad está saliendo a flote.

A la presentación virtual del proyecto de Rodes le contrarresta la realidad de las vallas azules, baches y señales sujetas con bridas que marcan la peatonalización exprés que aprobaron PSOE y Podemos. Hay, incluso, quien cree que esas prisas obedecen a las ansias por mostrarse como el alcalde más molón en cuanto a la agenda 2030 se refiere. A costa de intereses de vecinos y comerciantes, claro.

Después de 10 años al frente del Ayuntamiento, los alcoyanos ven con claridad que, pese a los intentos por disimularlo, el emperador estaba desnudo. El señor alcalde necesita maquillar la realidad para que ésta no le estropee la agencia de colocación en la que se ha convertido el PSOE local.

Dos años han estado desde la Concejalía de Deportes, a preguntas del PP, anunciando que no se iba a llevar a cabo ninguna mejora en el centenario campo de El Collao. Pero, de repente, la fortuna nos regaló un inolvidable Alcoyano – Real Madrid. En la previa del partido la tele entrevistó a Antonio Francés y ¡oh, sorpresa! Allí apareció Gol B, nuestro pequeño y voluntarioso The Kop particular, recién pintado a mayor gloria de quien seguramente a esa hora ya tenía las maletas preparadas para huir a Penáguila. No hacía falta adecentar el campo para los sufridos aficionados alcoyanistas, pero sí para que la máxima autoridad local quedara bien en pantalla. Otra vez esa obsesión por las apariencias. Un campo de glorioso pasado recién pintado, pero que por dentro necesita una reforma integral. Es una triste metáfora de la situación de nuestra ciudad.

El ego de quienes se creen dueños del cortijo es cada vez mayor. No extraña que el alcalde use el Mercedes oficial para acudir incluso a entrevistas a radios locales. En plan estrella. Esa obsesión por aparecer en cualquier ocasión lúdico-festiva, ante la ausencia total de acciones de calado, explicaría el empeño que puso el señor alcalde en recoger personalmente el premio ondas póstumo a Camilo Sesto. ¡Vamos! aquello de querer ser el muerto en el entierro, el niño en el bautizo y la novia en la boda… Pero al final los que vamos a perder la serenidad somos los alcoyanos, hartos de rodar en la noria de Francés y su política de postureo tan alejada de las verdaderas necesidades de Alcoy.

La ciudad necesita un cambio de rumbo para poder afrontar los problemas reales que padecemos los alcoyanos. Es preciso generar un entorno que permita la creación de empleo y estimule la vida social de la ciudad. Y para ello hay que trabajar duro, no aparentar que se hace. Alcoy no puede permitirse bufar en caldo gelat presumiendo de un gobierno inane que no da la talla en los momentos en los que más se le necesita.

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