Arranca la restauración del campanario de Santa María de Cocentaina

La Parroquia de Santa María de Cocentaina ha dado un paso importante a la hora de conservar sus bienes patrimoniales y, tras un camino que no ha estado exento de esfuerzo, ha iniciado las obras para la restauración de su singular campanario. Esta torre es uno de los iconos de la Villa Condal y la misma presentaba un notable estado de deterioro debido al paso del tiempo, así como a las condiciones climatológicas adversas que ya habían hecho mella en los históricos muros.

La primera fase del proyecto contempla una profunda intervención en el cupulino, así como en la sala de campanas, y que consistirá en la limpieza de la piedra, la supresión de elementos ajenos al monumento, la eliminación de vegetación y la creación de un nuevo sistema para canalizar las aguas pluviales que no perjudique al mismo campanario. Al margen de esto se van a restaurar cuatro de las campanas, las cuales fueron bajadas mediante una gran grúa el jueves por la tarde ante la comunidad parroquial y numerosos vecinos de la capital del Comtat que no quisieron perderse este histórico momento. Los bronces retirados reciben el nombre de Santa Bárbara (1766) y San Jordi (1807), encargándose ambos de dar tanto los cuartos como las horas en punto que marca cada día el reloj de la parroquia.

Las otras dos campanas son de volteo, corresponden a 1940 y a 1984, y tienen la denominación de San José y María Ascensión; respectivamente. Estas dos últimas serán refundidas mientras que seguirán todavía colocadas en el campanario las dos más grandes, Mare de Déu del Miracle y San Hipólito Mártir, a la espera de ser restauradas en la siguiente fase de la intervención “era muy necesario consolidar el campanario para evitar que se degradara más y con este proceso conseguiremos poner en valor un icono de todo el pueblo. En los próximos días comenzará el montaje de los andamios y, si todo va según lo previsto, las obras podrían estar finalizadas de cara al verano”, explicaba esta semana Don Eduardo Rengel, el párroco de Santa María.

La restauración ha sido posible con una subvención de 40.000 euros procedente de la Diputación de Alicante, junto a las aportaciones hechas por la parroquia y conseguidas por medio de iniciativas como, por ejemplo, el mercadillo navideño celebrado el pasado mes de diciembre.

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